En estos tiempos de incertidumbre, no se sabe a ciencia cierta si un negocio pueda tener o no éxito de ventas, alcance de clientes o cumplir algunos números que se desea. Posiblemente, empiezas tu emprendimiento con mucha ilusión, inspirado y esmerándote durante horas para hacer que tu negocio funcione, invirtiendo tiempo, energía, dinero y, pese a ello, los resultados no se dan como tú esperas.
En esta situación, uno empieza a desanimarse, comienzan las dudas sobre si fue una buena idea o la capacidad que se pueda tener para hacer funcionar un negocio. Se empieza a perder la motivación inicial, las ganas de proseguir y la pregunta es: ¿qué sigue? En primer lugar, lo más importante es no entrar en pánico, la desesperación puede llevar a que un problema pueda ahondarse o extenderse.
Algunas ideas a considerar en estos casos
1) Identificar el problema
Al ser tú el dueño de tu propio negocio, sabes de qué va y cuáles puedan ser sus falencias. Cuando no tienes los clientes previstos deber ser porque algo estás haciendo mal, sientes desanimo o quizás sea mejor un replanteo en cómo te ofreces tu marca. Identifica objetivamente qué es lo que pueda estar pasando, qué estrategias necesitas para salir del problema en el que te encuentras.
¿Son tus productos? ¿es el servicio, la ubicación? ¿los ingresos, los gastos? ¿La publicidad? Es importante evaluar cada uno de los elementos, analizar qué es lo que está funcionando y qué no. Hacer los cambios necesarios para reducir los puntos débiles del negocio, qué dirección debes tomar, pero no sin antes conocer con seguridad el estado actual de tu emprendimiento.
2) Tu marca es importante, tus clientes más
Cuando uno posiciona su marca en el mercado, se debe hacer de una manera clara y contundente. El nombre, el eslogan, la imagen debe reflejar lo que el negocio quiere o busca con su público consumidor. Si estos resultan ser llamativos o tienen un carácter distintivo, será más fácil de recordar. Invertir en lo que tu emprendimiento quiere transmitir es de suma importancia, pero también lo es estar en comunicación constante con tus clientes.
Si necesitas de una segunda opinión o consulta, quién mejor para ayudarte a saber qué pasa, en qué mejorar o cambiar, que tus propios clientes. Entablar una comunicación con ellos a través de las redes sociales, realizando encuestas, evaluando su percepción u opinión con respecto a la empresa. Una opinión del público objetivo puede ser conveniente al momento de tomar una decisión con respecto a algo que no esté andando bien en tu negocio.
3) Centrate en ti, no compares
En este tipo de situaciones, lo más probable es que compares tu negocio con tu competencia más cercana. Este es uno de los errores más comunes y detestables, comparar tu emprendimiento con el de los demás no es para nada positivo en medio de una crisis. Una cosa es analizar la estrategia de tu competencia con un fin de mejorar tu propuesta, pero un escenario distinto es el compararse y tener un pensamiento negativo sobre lo que si estás haciendo está bien.
Aquí hay que separar dos cosas: una es la manera en como ves las cosas y otra muy diferente la realidad de lo que está pasando. Las historias de éxito en el mundo de los negocios son reflejo de arduo trabajo y años de inversión, de altibajos en el camino y el convencimiento en lo que se hace. Lo que realmente debe importar es que debes centrarte en lo que resulta de utilidad a tu negocio independientemente de lo que realice o proponga la competencia.
Comentarios
Publicar un comentario